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No es raro que los buzos se quejen de dolor o sensibilidad en la mandíbula, dolor de cabeza o un fuerte dolor en la cara después de bucear. La fuerza prensil necesaria para sostener una boquilla en su lugar puede tensar los músculos que se utilizan para masticar (músculos masticatorios) o la articulación temporomandibular (ATM) que conecta la mandíbula con el hueso temporal. El dolor relacionado con la ATM y los músculos masticatorios se conoce como disfunción temporomandibular (DTM).
"Durante el buceo, la ATM es sometida a un estrés igual al que se experimentaría si se dejara la boca abierta (no completamente, sino como si se metieran tres dedos en ella en posición vertical) durante todo el buceo", manifestó Costantino Balestra, Ph.D., vicepresidente de investigación y educación en DAN Europa. "Esto tiene un efecto sobre el paquete vasculonervioso retromeniscal y puede causar mialgia o dolor de cabeza. Hacerse fabricar una boquilla personalizada puede reducir o incluso eliminar este estrés". El Dr. Balestra es el autor principal del estudio "Scuba diving can induce stress of the temporomandibular joint leading to headache" (El buceo puede provocar la tensión de la articulación temporomandibular y causar dolor de cabeza), que se publicó en British Journal of Sports Medicine en 2004.
Los diseños de boquilla más comunes tienen una vía aérea elíptica conectada a la válvula de demanda, un reborde labial para proporcionar estabilidad y una plataforma donde el buzo muerde para su retención. Las boquillas generalmente cuentan con pequeñas lengüetas y están hechas de un material blando que puede ser usado por una amplia variedad de mandíbulas y dientes; esto requiere un movimiento hacia adelante de la mandíbula para sujetar la boquilla con eficacia. Este diseño puede no admitir la oclusión posterior, que es el contacto más efectivo de los dientes molares y premolares de ambas mandíbulas para permitir los movimientos naturales de las mandíbulas esenciales para masticar y cerrar la boca normalmente. Esta falta de apoyo puede dar lugar a una carga desigual de la ATM. El agua fría puede agravar este problema al afectar la capacidad del buzo de usar sus labios para sujetar la boquilla correctamente.
La ATM es una de las articulaciones más complejas del cuerpo; su movimiento supone una combinación de giro y deslizamiento. Para ubicarla, coloque un dedo directamente frente a sus orejas. Mueva la mandíbula de un lado a otro o abra y cierre la boca. Realmente se puede sentir cómo la mandíbula se mueve hacia adentro y hacia afuera de la cavidad de la ATM. La sección superior de la articulación es una depresión que se encuentra en el hueso temporal del cráneo; la sección inferior de la articulación es el cóndilo mandibular, una proyección redondeada situada en la punta superior de la mandíbula. Estos huesos, que forman la articulación, están cubiertos por cartílago y están separados por un pequeño disco, lo que facilita la apertura, el cierre y los movimientos laterales con fluidez.
En muchos casos, la causa de la DTM no es clara. La DTM puede producirse si este disco se desgasta o se alinea de manera incorrecta, si el cartílago sufre daños como consecuencia de una artritis o si la articulación se somete a un traumatismo o microtraumatismos a largo plazo. Los investigadores aún están buscando comprender completamente las causas de estas condiciones y qué tratamientos son más eficaces.
Los síntomas que se informaron incluyen:
- dolor o sensibilidad en la ATM
- chasquido o crepitación en la ATM
- molestia al masticar
- dificultad para abrir o cerrar la boca
- dolor en la cara
- dolor de cabeza
- bloqueo de las trompas de Eustaquio
- desórdenes del sistema vestibular como por ejemplo vértigo o desorientación (cualquiera de los que podría ser peligroso si tiene lugar bajo el agua)
Varios estudios han demostrado que las mujeres son más propensas a informar la presencia de síntomas de DTM que los hombres. La edad promedio de su aparición es entre los 20 y los 40 años, pero esta disfunción puede presentarse a cualquier edad. En su estudio "Prevalence of temporomandibular dysfunction in a group of scuba divers" (Prevalencia de la disfunción temporomandibular en un grupo de buzos), Aldridge y Fenlon sugieren que esto puede estar relacionado con diferencias anatómicas tales como la angulación mandibular y la inserción del músculo masticatorio.
El buceo no parece causar DTM; no obstante, puede agravar una condición preexistente de la articulación. "El problema es que hay muchas personas que tienen condiciones silenciosas o no diagnosticadas o simplemente articulaciones endebles y que sólo manifiestan síntomas cuando se experimenta el estrés de sostener una boquilla tradicional", manifestó el Dr. Randall Moles, especialista en ortodoncia y desarrollador de la boquilla personalizada SeaCureTM (una de las varias boquillas personalizadas disponibles comercialmente). "Por lo tanto habrá un grupo de personas que no tendrán síntomas de DTM antes de bucear y que pueden desarrollar problemas en la ATM porque tienen articulaciones débiles o un problema subclínico preexistente".
Existen algunos tipos de boquillas estándar diseñadas para el buceo. Cuando seleccione su equipo de buceo, pruebe varias boquillas para encontrar el estilo y el tamaño que se ajuste mejor a sus necesidades. Para mayor comodidad, algunos buzos agregan a su regulador un adaptador giratorio de la segunda etapa que se ajusta a los movimientos sutiles de la cabeza y reduce el estiramiento de la manguera. Algunos reguladores incorporan este adaptador como parte estándar del diseño.
Si experimenta síntomas de DTM durante o después de bucear, consulte a un odontólogo. Si bien la mayoría de los casos de DTM relacionados con el buceo se solucionan espontáneamente, su odontólogo puede recomendarle estrategias de gestión tales como ejercicios de relajación muscular, técnicas para reducir el estrés o, de ser necesario, intervención médica. Su dentista también puede aconsejarlo o ayudarlo en el desarrollo de una boquilla hecha a medida, lo que requiere un esfuerzo muscular menor para su retención que el diseño tradicional (también hay boquillas personalizadas disponibles comercialmente que no requieren una consulta odontológica).
"La industria del buceo ha intentado desarrollar una boquilla que se ajuste a las necesidades de todas las personas y al hacerlo han tenido que hacerlo blando y corto debido a la variedad de dientes y mandíbulas", comentó Moles. "Una boquilla personalizada se moldea para ajustarse a la boca de una persona y puede estar hecha de un material más rígido que llega hasta la parte posterior de la boca que transmite el peso del regulador a la parte trasera donde se encuentran los músculos. Esto proporciona un efecto de palanca y reduce enormemente la fuerza necesaria para mantener la boquilla en su lugar. Además, como la boquilla puede estar hecha de un material mucho más rígido, conserva las marcas de mordida que sujetan los dientes en lugar de que el buzo tenga que morder constantemente para sostener el material esponjoso y blando de la boquilla estándar".
Si elige una boquilla hecha a medida, debe considerar el posicionamiento apropiado para un buzo. "Comúnmente durante el moldeado se comete un error: las personas mantienen la cabeza en la posición neutra", observó Balestra. "Esto no permite moldear la boquilla correctamente; en su lugar, la persona debe colocar la cabeza como si estuviera buceando, para lo que debe inclinar la cabeza hacia atrás".
Si decide cambiar su boquilla por una personalizada, asegúrese de que la nueva se ajuste a la segunda etapa de su regulador. No todas las boquillas se ajustan a todos los reguladores y una boquilla que no se ajuste correctamente puede causar pérdidas o separarse del regulador. Además, cuando conecte la boquilla con una presilla, confirme que esté bien ajustada y use una hoja de afeitar para cortar el exceso y garantizar que no haya puntas afiladas.
No use una boquilla personalizada con una fuente de aire que posiblemente pueda entregarse a un compañero en una emergencia; esto podría dificultar la respiración o impedir que otro buzo la use.
© Alert Diver — 1er Trimestre 2014
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