miércoles, 22 de febrero de 2017

Volar después de bucear

Finalmente, los hechos (no sólo la teoría)

El estudio de los datos recogidos en la primera campaña de investigación del proyecto del DAN Europe’s Diving Safety Laboratory (DSL) “Flying after Diving”, ha concluido. Los resultados son tan sorprendentes que han merecido ser publicados en Aviation Space and Environmental Medicine, una venerada revista científica,

Distintas teorías
Hemos visto lo que sucede antes, lo que sucede durante, y ahora ... no habrá un "¿qué sucede después?." En el mundo de los vuelos después de bucear, el proyecto “Flying bubbles”, de DAN, marca la división entre la teoría y la realidad.
Antes de este proyecto, hubo variadas recomendaciones acerca de cuánto tiempo se debe esperar después de una inmersión para poder volar, con el fin de evitar el riesgo de problemas de descompresión causados por la despresurización de la cabina. Sin embargo, todo eso se basaba sólo en la teoría: en el caso de DAN, la duración del periodo de espera se estableció mediante el control de las situaciones reales de la enfermedad por descompresión, mientras que en otros casos, se basó en la suposición de que "hasta ahora no ha habido muchos problemas, así que vamos a seguir haciendo lo que estamos haciendo ".
Los que han utilizado las viejas tablas de la Marina estadounidense probablemente tienen vagos recuerdos de tener que pertenecer al Grupo "D",antes de volar. En algunos casos, ¡incluso era posible volar de inmediato! Posteriormente, se añadieron intervalos fijos (24 o 48 horas), dependiendo de si la última inmersión era una sola o era repetitiva, y si se había efectuado dentro de la curva o fuera de ella. Incluso entre los buceadores profesionales y los buzos militares, los tiempos de espera antes de abordar un avión comercial varía entre 2 y 24 horas.
En 1989, se realizó el primer taller "Flying After Diving”"; organizado por la Undersea and Hyperbaric Medical Society. Las directrices previstas en el taller, según DAN, no eran muy restrictivas y se llevaron a cabo para mejorar la seguridad en el buceo. Sin embargo, muchos de los propietarios de los centros de buceo protestaron, diciendo que dicha aplicación dañaría sus intereses comerciales en las islas.
Desde 1992 a 1999, DAN llevó a cabo experimentos en el Laboratorio Frank Gregory Hall, del Centro Médico de la Universidad de Duke, tales como el seguimiento a más de 500 sujetos en 800 simulaciones de vuelo. Eran simulaciones porque estos "vuelos" se llevaron a cabo en una cámara hiperbárica. DAN investigó más a fondo la relación entre el riesgo de enfermedad por descompresión y el intervalo de superficie antes de volar, en un estudio de casos controlados, realizando un análisis de eventos pasados, hubieran habido incidentes o no.
Sin embargo, en muchas áreas de la medicina, los estudios de laboratorio han producido, y pueden producir, resultados que difieren de los obtenidos en "el campo". Además, algunos fenómenos no se pueden replicar en el laboratorio. Puedes encontrar evidencias de esta discrepancia en un artículo publicado por Alert Diver (Edición Europea, 3/2006) por el Dr. R. Vann: "Volar o subir a gran altura después de un período de varios días realizando múltiples buceos, no puede ser objeto de estudio en un laboratorio (cámara hiperbárica). "
En 2011, cuando regresaban de un viaje de investigación en las Maldivas, el Dr. Danilo Cialoni y Massimo Pieri, ambos integrantes de nuestro departamento de investigación. (Laboratorio de Seguridad en el Buceo), tuvieron una fascinante idea, que implicaría al departamento de Investigación de DAN Europe (en particular, al Prof. Alessandro Marroni y al Prof. Costantino Balestra): un proyecto de investigación que sonaba como un desafío ... obtener eco-cardiografías directamente, durante un vuelo procedente de un crucero de buceo.
EcoCardiograma en vuelo
La realización de tal desafío era difícil, casi imposible, sobre todo el superar todos los trámites burocráticos. En este apartado, la ayuda de dos socios de DAN, Albatros Top Boat y Neos Air, fueron fundamentales. Con el fin de obtener el certificado EMI (Interferencia Electromagnética) necesario para utilizar el eco durante el vuelo,los técnicos e investigadores de DAN Europe tuvieron que pasar muchas horas, durante la noche, en el aeropuerto de Milán Malpensa. Al final, el reto fue superado, y por primera vez, fuimos capaces de ver lo que realmente sucede en el cuerpo de un buceador durante el vuelo.
En tan sólo la primera semana de la investigación en las Maldivas, se registraron más de 4.000 archivos, los cuales, obviamente, fueron seguidos por un largo y preciso análisis.
La metodología de monitorización de los ecocardiogramas constó de cuatro fases de control. La primera tuvo lugar durante el vuelo de salida, cuando el buceador no había realizado ninguna inmersión en, por lo menos, 48 horas. Estas primeras pruebas son útiles para tener datos que aún no han estado influidos por la exposición hiperbárica, y determinar lo que en la jerga médica se conoce como la "ventana ecocardiográfica." Se realizó el registro de la medición precisa de la presión en cabina cada 15 minutos, utilizando un ordenador de buceo “iDive Pro", fabricado por Dive System, miembro de DAN Europe y del DSL.
En la segunda fase, se efectuaron ecocardiografías y otras pruebas, después de cada inmersión, durante el período de una semana, a bordo de un crucero de buceo. Semanas de investigación específica se convirtieron en parte del ritmo regular diario, a bordo de la hermosa nave "Duke of York”, un crucero de buceo que no difiere mucho de un crucero normal de las Maldivas, excepto por la existencia de una importante rutina científica: Cada vez que un buceador regresaba a la superficie, él / ella debía ir al spa, que, para la ocasión, se había transformado en una "sala de la investigación" y centro de atención médica, dónde eran sometidos a diversas pruebas.
Los perfiles de las inmersiones se comprobaban en el ordenador y descargados para las siguientes pruebas. Todas las inmersiones se realizaron dentro de la curva de seguridad, ascendiendo a la superfície a la velocidad correcta, y realizando una parada de seguridad de 3 minutos a unos 5 metros de profundidad, que siempre se respetó. Ninguno de los buceadores había sufrido nunca una enfermedad por descompresión.
La tercera fase de control se llevó a cabo en el aeropuerto, donde se realizaron eco-cardíogramas a los buceaores, justo antes de embarcar en el avión, después de una espera de 24 horas.
Y la fase final, durante el vuelo de regreso, todos los buceadores fueron monitoreados con el eco doppler cardíaco, a los 30, 60, y 90 minutos exactamente, después de que el avión hubiese alcanzado su altitud de crucero.

Análisis de los Datos
El proyecto de investigación fue presentado en 2013 en las conferencias de la  EUBS (European Underwater and Baromedical Society), y recibió el premio Zetterström a la mejor presentación científica.
Algunos de los datos recogidos son fáciles de entender. Por ejemplo, durante el examen en el vuelo de salida no se observaron burbujas en ninguno de los buceadores participantes en el estudio. Aunque parece un resultado obvio, esta prueba tenía que hacerse, ya que si se detectaba la existencia de burbujas después, durante el vuelo de regreso, éstas no habrían sido causadas por el vuelo en sí, sino por el efecto combinado del buceo y posterior despresurización en vuelo.
Otros datos revelados por el estudio fueron inesperados. Por ejemplo, siempre se ha creído que un vuelo de larga duración supone un riesgo mayor con respecto a un vuelo de duración media; pues sucede que es exactamente lo contrario. Esto es más probable debido a la altitud de la presurización de la aeronave, unos 1500-1800 metros sobre el nivel del mar para el viaje a las Maldivas, y unos 2400 metros sobre el nivel del mar (el máximo permitido) para los viajes a destinos más cercanos.
El examen de los buceadores en el aeropuerto antes del viaje de vuelta, en el que no se observaron burbujas, nos permitió estimar que un intervalo de 24 horas, cuando se permanece a nivel del mar, supone un tiempo de espera suficiente para que no puedan formarse burbujas.
Obviamente, algunos buceadores desarrollan más burbujas que otros, incluso en aquellos con perfiles de inmersión muy similares. Los exámenes durante la semana en el crucero permitió dividir a los paticipantes en tres categorías: los que no desarrollan burbujas, los que en ocasiones desarrollan burbujas, y los buceadores "propensos a tener burbujas" que desarrollan las burbujas después de cada inmersión. Para obtener una comparativa consistente, los perfiles de inmersión deben tener poca influencia en la "categorización" (es obvio que un perfil más agresivo puede mostrar más burbujas que uno de suave).
El análisis en vuelo reveló que la mayoría de los buceadores no desarrollaron burbujas durante el vuelo de regreso, tras un intervalo de 24 horas después de la última inmersión, pero los buceadores "propensos a tener burbujas" lo hicieron. Por lo tanto, es recomendable que las personas que forman parte de esta categoría deberían alargar aún más su tiempo de espera antes de volar. Durante la semana, dos de los sujetos mostraron ser "súper propensos a desarrollar burbujas", y se les aconsejó no hacer su última inmersión, por lo que su tiempo de espera antes de volar fue de 36 horas. Es importante destacar que ninguno de los buceadores desarrollaron burbujas durante el vuelo. Para aquellos que desarrollan fácilmente burbujas, parece adecuado esperar más de 24 horas para volar. Alternativamente, el departamento de Investigación de DAN sugiere la respiración de oxígeno normobárico como medida preventiva.
Los más altos niveles de burbujas se observaron 30 minutos después de alcanzar la altitud de crucero y, a continuación, fueron disminuyendo durante el período de 60 minutos a 90 minutos; básicamente, imitando el modo en que se regresa a superficie después de una inmersión. Por otro lado, la despresurización actúa como el regreso a la superficie y produce los mismos efectos. A medida que pasa el tiempo a esa altura (presión de cabina), se desaturan los tejidos corporales y las burbujas disminuyen. Hay otra posible explicación: los pequeñas burbujas ya están presentes en la sangre, pero son tan pequeñas que no pueden ser observadas con un ecocardiograma normal. La despresurización podría aumentar sus dimensiones y hacerlas más visibles.
¿Qué futuros resultados podría suponer este estudio para los buceadores? Según lo declarado por el Prof. Alessandro Marroni, "Nos dirigimos directamente hacia un futuro donde el componente individual puede influir en el modelo matemático, poniendo mayor énfasis en la aplicación práctica de la investigación en seguridad en el buceo. Hasta hoy, al estudiar la fisiologia del cuerpo humano al bucear, hemos aplicado las matemáticas, con sus algoritmos presentes, pero hoy estamos iniciando un nuevo y fascinante camino que ayudará a incorporar parámetros fisiológicos sencillos a las matemáticas, haciendo que esos algoritmos se adapten mejor a nuestro organismo. El futuro nos alcanza, y DAN Europe ha decidido afrontarlo de la mejor manera posible, con la ayuda de los buceadores; haciendo que tomen conciencia de los avances actuales y futuros".

El sillín en el ciclismo, problemas y demás...



El sillín es uno de los 3 apoyos básicos que se tienen sobre la bicicleta, y es curioso ver cómo, ahora que la bicis son cada vez más ligeras, la gente opta por elegir sillines que no suelen cumplir con su función básica en busca de rebajar unos gramos allí donde se debería buscar comodidad por encima de todo para poder pasar horas y horas rodando, entrenando y disfrutando.
Ante todo un sillín ha de ser cómodo y la ligereza ha de ser secundaria, más si cabe cuando 100g más en una bici no supone ningún lastre. Matemáticamente, la diferencia en esfuerzo (medido en vatios de potencia) entre llevar 100g más o menos de peso total en el conjunto bici-ciclista es inapreciable. 
Antes de pasar a dar unas indicaciones básicas sobre la elección del sillín, voy a mostrar cómo nos apoyamos sobre él
Para conocer si un sillín es adecuado o no para nosotros, nos debemos fijar en cómo nos colocamos sobre él.
APOYO SOBRE EL SILLÍN:
El apoyo sobre el sillín se hace en la pelvis o cintura pelviana. La pelvis está formada por tres elementos: el sacro (por detrás) y dos huesos iliácos (los laterales). Cada hueso iliáco está compuesto a su vez por otros tres: el ilión, el isquión y el pubis. Sobre este último, en concreto, sobre la tuberosidad isquiática es sobre la que nos sentamos, ya sea en una silla o en un sillín de ciclismo.
Al colocarnos sobre el sillín, entre la pelvis (isquiones) y este, se encuentra presionada la capa del perineo y el nervio pudendo, nervio que inerva los genitales. Si el sillín se adapta a nuestras características, no habrá problema, pero si no se adapta es probable que podamos sentir síntomas como: insensibilidad, incontinencia urinaria, adormecimiento, etc. Síntomas que pueden incrementarse aún más en las épocas frías. La mayoría de las veces estos síntomas son pasajeros, pero a maedida que pasemos más tiempo sobre la bici o los descansos entre sesiones sean menores, tardarán más en desaparecer.

Contacto de la zona perineal con el sillín.
Nervio pudendo y apoyo sobre el sillín
Vista de los órganos de la zona perineal y el nervio pudendo.

Recorrido del nervio pudendo y posible presión.
Así pues, es en función de cómo apoye nuestra pelvis sobre el asiento el que debamos elegir un sillín u otro. Y este apoyo dependerá a su vez de el grado de flexión que poseamos en la cadera, que depende a su vez de la tensión de los músculos isquiotibiales, aquellos que unen los isquiones con las tibias y que se encargan de flexionar la rodilla y el fémur, básicamente. Una escasa flexibilidad en estos músculos hará que la pelvis se coloque vertical sobre el sillín, recayendo la flexión de la espalda sobre la zona lumbar. Una buena flexibilidad de estos músculos permitira que la pelvis bascule hacia delante, recayendo la flexión sobre la articulación de la cadera y manteniendo la espalada plana.
A continuación se muestran dos ciclistas, el primero con una buena flexibilidad que le permite bascular la cadera hacia delante manteniendo la espalda recta. El segundo con poca flexibilidad, lo que le obliga a llevar la cadera más erguida y a flexionar más la espalda en la parte media para poder inclinarse hacia delante. A pesar de haber modificado la posición del segundo ciclista para evitar molestias en el cuello, elevando un poco la potencia, la cadera se sigue manteniendo con las misma inclinación, lo que cambia es la flexión de la espalda.

Buena flexibilidad que permite colocar la cadera basculada hacia delante manteniendo al espalda recta. Obsérvese la línea amarilla de la espalda.

Poca flexibilidad que impide que la cadera bascule hacia delante recayendo la flexión del tronco sobre la parte media de la espalda. Parte baja de la espalda tendiente a la vertical.
Para conocer el grado de flexión que poseemos podemos hacer dos pruebas:
- Sentados en el suelo, con las piernas estiradas y la espalda libre. Si somos capaces de apoyarnos sobre los isquiones manteniendo la espalda recta, es que nuestra flexibilidad es buena. Si por el contrario no podemos apoyarnos sobre los isquiones y tenemos que flexionar la parte baja de la espalda para no caernos hacia atrás, es que nuestra flexibilidad es mala.

Izquierda:buena flexibilidad, isquiones apoyados y espalda recta. Derecha: mala flexibilidad, espalda curva e isquiones sin apoyar.
- De pie con los pies juntos, tratar de tocar, sin doblar las rodillas, las puntas de los pies. No es necesario llegar. Si al realizar el movimiento, la flexión recae sobre la parte media de la espalda, quedando la parte baja de esta (los lumbares) de forma plana y casi horizontal al suelo, es que nuestr flexibilidad es escasa. Si por el contrario la flexión recae sobre la cadera y los lumbares tienden a alinearse con el resto de la espalda, nuestra flexibilidad es buena. Esta última posoción permite bajar más cuerpo.
Flexibilidad media: flexión correcta pero la espalda se curva en exceso.
ELECCIÓN DEL SILLÍN E FUNCIÓN DE NUESTRO APOYO:
Una vez que conozcamos nuestro grado de flexibilidad de la cadera y sepamos si nuestra cadera se coloca de manera vertical o inclinada hacia delante en el sillín, podremos elegir el sillín apropiado.
En el mercado encontramos, básicamente, dos tipos de sillín: los planos y los curvos.
- Los sillines planos: son apropiados para aquellas personas con escasa flexibilidad en la cadera (en los músculos isquiotibiales, más concretamente) y que colocan esta verticalmente sobre el asiento, pues dejan espacio en la zona perineal, no la comprimen entre los isquiones y el sillín, con lo que evitan molestias asociadas. Estos sillines, además, permiten un movimiento más libre del ciclista hacia delante y hacia detrás, en función de la situación en la que se encuentre pedaleando. Así pues, se podrá colocar en la parte posterior del sillín en aquellas situaciones en las que deba ejercer mucha fuerza, como en las subidas, y en la parte delantera cuando pedalee en llano y agarrado a la parte baja del sillín.

Ejemplo de silín plano
- Los sillines curvos: son adecuados para aquellas personas que tengan una buena flexibilidad de cadera y que coloquen esta inclinada hacia delante, manteniendo la espalda recta o casi recta. En esta posición un sillín plano apenas dejará espacio entre los isquiones y el sillín, contrayendo la zona perineal y acarreando las molestias típicas que se indicaban al principio. Un sillín curvo aumentará este espacio presionando menos la zona perineal y evitando molestias. El grado de curvatura del sillín dependerá del grado de flexibilidad de la cadera o del grado de basculación de la cadera, debiendo ser más curvo cuanto más se incline la cadera y más recta esté la espalda. A diferencia de los sillines planos, los curvos no permiten mucho cambio de posición sobre ellos, debiendo estar más estáticos sobre él independientemente de si se rueda en llano, cuesta arriba, agarrado a la parte alta del manillar o no.

Ejemplo de sillín curvo.

Ejemplo de sillín con curvatura media.

Ejemplo de sillín con mucha curvatura.
En la página de Fi´zi:k podemos ver en una animación cómo se coloca la cadera en función del grado de flexibilidad y cómo contactan o no los isquiones dependiendo del sillín. Si bien es cierto que los de Fi´zi:k indican que son los sujetos con más flexibilidad, que ellos denominan “serpiente-snake”, los que han de utilizar los sillines planos y los sujetos con menos flexibilidad, “toros-bull”, los que han de utilizar los sillines curvos, esto no es así sino al contrario, ya que es debido a la poca flexibilidad de los músculos isquiotibiales el que la cadera se coloque más o menos vertical, y se puede ver perfectamente en la alineación de la cadera y la espalda en cada opción señalada.
ANCHURA Y ALTURA DEL SILLÍN:
Sin embargo, la elección del sillín no solo depende de la forma de este. También depende del ancho de la zona de apoyo y de su altura.
Ya hemos visto que el sillín apoya sobre las tuberosidades isquiáticas, sobre los isquiones, por lo que el grado de separación entre ambas nos indicará la necesidad de un sillín más o menos ancho o más o menos alto.
El elegir un sillín más estrecho de lo normal supondrá que el peso recaiga sobre la zona situada entre los isquiones, ya que se “clavará” entre estos, la zona perineal, asegurando una sobrepesión en esa zona tan delicada. Por lo que deberemos elegir un sillín algo más ancho.

Ejemplo de cómo puede afectar la anchura y la altura del sillín en la presión sobre la zona perineal.
Por altura de un sillín se indica la mayor o menor curvatura que este tenga en todo su largo. Una sillín alto tendrá más curva que uno bajo. Esta curvatura logitudinal se hace más evidente en la zona de apoyo de los isquiones, en la zona trasera del sillín.
Así pues, aunque el acho del sillín sea el adecuado, si es demasido alto para nuestra morfología, se “clavará” entre los isquiones pudiendo provocar las molestias indicadas al principio.

En un sillín alto el área (círculo negro) entre apoyos es menor, lo que supondrá más presión en esa zona.

Sillín bajo y plano.

Sillín bajo

Sillín alto y curvo.

Sillín de media altura y plano.
En el mercado, algunas marcas poseen sistemas de medición de la anchura de los apoyos (como Specialized), pero no de la altura, ya que es más difícil de medir, con lo que será la experiencia la que nos indique la idoneidad de un sillín u otro, por desgracia para nuestro bolsillo.
COLOCACIÓN DEL SILLÍN:
Aunque hayamos elegido el sillín más adecuado a nuestras características, si este está mal colocado en la tija, es probable que nos pueda producir molestias, por lo que su correcta colocación es tan importante como su correcta elección.
Colocación sobre la tija:
Atendiendo a la morfología de los huesos de la cadera, si se cocoloca el sillín con la punta hacia arriba estaremos reduciendo el espacio existente entre los isquiones y el sillín, con lo que aumentaremos la mpresión en la zona perineal.
Sin embargo, si bajamos en exceso la punta podremos tener varios problemas:
- El primero de ellos que nos deslizemos hacia la parte estrecha del sillín con lo que ya no apoyamos los isquiones de manera correcta y tendremos el mismo efecto que si elegimos un modelo más estrecho y alto del que nos correspondería.
- El segundo problema es que para evitar deslizarnos más haremos fuerza con el cuerpo hacia atrás (especialmente con los brazos y los hombros), lo que además de crear tensión en esa zona supondrá una mayor presió para la zona de apoyo sobre el sillín, que ahora se verá reducida al colocarnos en la parte estrecha de este.
- El último problema puede venir asociado a la forma del sillín, ya que si nos colocamos hacia la punta de una sillín curvado es muy probable que la “nariz”, la punta del sillín, por la forma de este, se clave en la zona perineal presionándola más de lo debido.
Colocación en la bicicleta:
Por último, y tan importante como la colocación del sillín en la tija, está la colocación de este respecto a las medidas de la bicicleta. Este aspecto está muy relacionado con la talla del cuadro y con nuestras medidas, por lo que una elección inadecuada de este puede suponer molestias de todo tipo, incluidas las de la zona de apoyo sobre el asiento.
A gandes rasgos, cuanto más erguidos nos coloquemos sobre la bici (manillar alto, potencia, alta, etc.) menos presión se ejercerá sobre la zona perineal. Y al revés, cuanto más tumbados (inclinados hacia delante) vayamos en la bici, mayor presión sobre dicha zona.
Por lo tanto, un cuadro más largo de lo debido o con un tubo vertical con un ángulo demasiado cerrado puede provocar molestias relacionadas con el sillín ya que nos obligará a tumbarnos más, a inclinar más el tronco y a cerrar el ángulo de la cadera. Además de las posibles molestias asociadas en la zona lumbar por exceso de tensión.
EL SILLÍN EN LA MUJER:
Si ya puede ser un problema la elección de un asiento confortable en el hombre, esto se agrava en el caso de la mujer debido a la escasez de sillines adaptados a su morfología. Y es que la pelvis de la mujer es más ancha que la del hombre. El espacio entre isquiones es mayor debido a que está preparada para facilitar el parto y la gestación.
Por lo tanto, un sillín de mujer ha de ser más ancho que uno de hombre para permitir un correcto apoyo de los isquiones, además de ser más bajo para evitar presiones en una zona más sensible, ya que el área de apoyo es menor.
Por último, existe una tendencia a hacer los sillines de mujer muy acolchados, cuando tendrían que ser firmes. El acolchado lo único que va a permitir es que los isquioes se claven más, consiguiendo el mismo efecto que un sillín alto y presionando la zona perineal en exceso.
Así pues, la elección ha de ser más cuidadosa, pero el problema es que no existe en el mercado una gran variedad de sillines para ellas y esta tarea se hace más difícil aún.

Diferente anchura entre isquiones y menor área de apoyo (círculo negro) entre el hombre y la mujer.
No obstante, una correcta posición sobre la bicicleta, en el caso de las mujeres es indispensable, por lo comentado con anterioridad.
SILLINES CON CANAL CENTRAL Y CORTOS:
Hace un tiempo que salieron al mercado sillines con canal central para evitar las presiones en la zona del perineo. Su conveniencia o no depende de muchos factores, pero lo que es fundamental es que el sillín se adapte a nuestra morfología a pesar de tener dicho canal. Así pues, si el sillín no nos es apropiado puede que las presiones se agudicen al recaer más peso sobre una menor superficie de apoyo (los bordes del canal o la parte frontal del agujero) sintiendo una sensación como si se clavase.
Por lo tanto, lo primero que el sillín sea adecuado en forma y anchura. Si además posee canal central, permitiremos un mayor espacio para el apoyo del área perineal, con lo que se reducirán las presiones, pues es esa su función. Pero no debemos supeditar la elección del sillín a este aspecto.
Lo mismo ocurre con los sillines cortos, tipo Duopower. Su diseño trata de evitar una sobre presión en la zona perineal. Sin embargo, el carecer de nariz y el tener que estar ligeramente inclinado hacia delante, así como ser muy bajo (completamente plano), lo que hace que los isquiones reciban todo el peso del cuerpo, pueden hacer que no nos resulte apto. Además de poder ser un inconveniente a la hora de movernos sore el sillín o utilizarlo de apoyo para diferentes maniobras (soltarnos de manos, colocarnos en un descenso, etc.).
ME VOY AL BIOMECÁNICO Y…:
La biomecánica no es una ciencia, es un arte. Es decir, no se basa en números ni en obtener resultados estándares, sino que se basa en personas completamente diferentes y en ir realizando modificaciones en diferentes parámetros hasta encontrar una postura ideal, atendiendo a diferentes objetivos (aerodinámica, comodidad, control, etc.). Ultimamente la biomecánica se ha puesto de moda, y todo el mundo piensa que la realización de una sesión va a ser la solución a todos sus problemas, y no siempre es así.
Una de las molestias más habituales tras pasar por un biomecánico es el tener molestias, en este caso con el sillín tras haber cambiado de modelo. Esto puede ser por muchos motivos, que voy a tratar de aclarar.
- Si no se tienen molestias con el sillín, este no se cambia. Por mucho que ,según las tablas, sea recomendable otro sillín.
- Si se tienen molestias con el sillín hay que analizar si estas son provocadas por el sillín o por una mala colocación de este u otros factores, que habrá que solucionar antes.
- Si tras haber modificado otras posibles causas aún hay molestias, lo que no se ve en una sesión, habrá que modificar el sillín. A la hora de cambiarlo no solo nos deberemos fijar en el ancho de la cadera, sino en la forma que ha de tener el nuevo sillín: plano, curvo, alto, bajo, etc. Atender solo a uno de estos aspectos podrá suponer que tras el cambio aún tengamos molestias o, peor aún, ¡que aparezcan nuevas molestias que antes no teníamos! Tenemos que optar por un sillín que se adapte a nosotros en su totalidad.
Si siempre hemos ido “casi” cómodos con sillines survos y altos, cambiar a un sillín plano y bajo, por mucho que sea adecuado para nuestro ancho de cadera, es probable que nos cree molestias en la zona de los isquiones, por ejemplo.
Por lo tanto, paso por paso a la hora de camabiar un sillín (o cualquier otro elemento de apoyo sobre la bicicleta) y siempre realizar la modificación adecuándola a nuestras necesidades.

CONCLUSION FINAL:
Con este artículo he tratado de mostrar los aspectos que han de determinar la elección de un sillín u otro en función de nuestras características morfológicas y necesidades. Sin embargo, el conocerlas puede resultarnos difícil, para lo cual deberemos ponernos en manos de un experto. No obstante, observándonos y analizando nuestras molestias podemos acercarnos bastante al modelo de sillín idóneo para nosotros. Solo requiere tiempo, pruebas y no desesperar. Por desgracia, en España son pocas las tiendas que dejan probar sus productos, por lo que puede que probar diferentes sillines sea dificultoso, pero si preguntamos a conocidos y amigos, seguro que tienen sillines antiguos que nos pueden servir como muestra para conocer nuestras necesidades.
Y hay que tener en cuenta que buscar la ligereza en este elemento puede que solo traiga problemas, pues son los sillines más ligeros los más estrecho y los más planos (por ahorro de material), lo que puede que no nos sea óptimo. Sin embargo, si un sillín ligero se adapta a nuestro “culo” no deberemos tener problemas.
Así pues, lo mejor, estar cómodos…

viernes, 17 de febrero de 2017

¿Cómo distinguir un buen parabolt?


La mayoría de los parabolts que se colocan en nuestro país son de baja calidad, diámetros y longitudes insuficientes, pobre diseño y carentes de certificación.
En principio el parabolt que instalemos debe cumplir los siguientes requisitos:
- Certificado DITE.
- Información específica sobre su par de apriete.
- Superar los 22 kN.
- Sección resistente suficiente (lo que significa evitar los de métrica 8 y potenciar los de 12 frente a los de 10, sobre todo en vías muy frecuentadas o desplome).
- Prestaciones anticorrosión adecuadas para el medio en el que va a ser utilizado (preferibles galvanizados de 45 micrometros o aceros inoxidables AISI 316 L o HCR).
- Tres segmentos de expansión en vez de dos o uno.
- Un antigiro eficaz.
- Longitud acorde con la dureza de la roca (en general de 85 a 120 mm para rocas semiduras o duras de 250 a 800 kilogramos por centímetro cuadrado).
- Pocas vueltas de tuerca para expansionar (de una a tres).
- Dúctil (capaz de doblarse sin partirse).
- Conformado en frío (importante si es de métrica 10 para evitar roturas prematuras).
Estos y otros contenidos son analizados en profundidad en los cursos de anclajes que impartiremos Curro Martínez y yo durante los meses de marzo y abril en Guadalest (Alicante), Murcia y Yecla. Más información: mh.asac@gmail.com

Anclajes de Escalada

Precaución si sobresale demasiado el espárrago del parabolt



Si la zona roscada sobresale más de 3 vueltas o 6 milímetros, el parabolt puede resulta peligroso porque:

- El taco ha penetrado insuficientemente en la roca, bien porque el equipador ha perforado demasiado en corto o porque los segmentos están montándose sobre el cuello y no permiten que la fijación entre más. 
- Roca demasiado blanda. El segmento puede estar saliéndose del cono.
- La roca es tan dura que una broca algo gastada no ha taladrado al diámetro adecuado (suele notarse en la cabeza achaflanada del taco).
- En algunos casos el taco puede estar sin expansionar si bajo la chapa ya no queda rosca.

Además, un espárrago que sobresale demasiado en una caída puede rajar una cuerda -ha ocurrido varias veces en Cataluña- o herir por corte al escalador.

Puedes aprender más sobre la colocación de parabolts en mi manual "Anclajes para escalada", a la venta por 15 euros en: 

http://www.edicionescordilleracantabrica.com/store/p15/Anclajes_para_Escalada._Tino_Núñez.html

viernes, 10 de febrero de 2017

Sobrevive Comiendo Plantas y Hongos en el Popocatepetl


Sobrevive joven de 26 años a una altura de 3800 msnm, al estilo de Bear Grills!



Un hombre de 26 años sobrevivió ocho días en las faldas del volcán Popocatépetl, a 3.800 metros de altura, comiendo sólo hierbas y cortezas de árbol de las que extraía el agua.


El joven, originario del municipio de Amecameca (Edomex), fue localizado este jueves por personal de Protección Civil que lo encontró con síntomas de deshidratación y una aguda diarrea, por lo que fue ingresado en el hospital general de Amecameca, donde se recupera satisfactoriamente.

José Leonardo Castillo conocía la montaña y solía ir a caminar en solitario por la zona, pero en esta ocasión se extravió y terminó desorientado y orillado hacia una de las crestas del volcán, atrapado entre un desfiladero y la espesa vegetación.

Su rescate comenzó el martes, cuando personal de la Comisión Federal que realizan trabajos en la zona, escuchó voces y llamados de auxilio de entre la foresta, pero por temor y falta de medios decidieron no actuar.

Ayer se repitieron de nuevo los gritos y finalmente este jueves se organizó una misión con ocho bomberos y rescatistas, que localizaron al joven después de seis horas de ascenso por una ruta que tuvieron que abrir a base de machete.

Al llegar al lugar encontraron al desorientado joven. "Nos explicó que no sufrió ningún ataque de animales a pesar de la presencia de víboras y coyotes y que pasó los ocho días comiendo hierbas de los arbustos que lo rodeaban y masticando cortezas de árbol para extraer el agua" dijo a EL PAÍS Juan Carlos García Estrada, director de Protección Civil de Amecameca. "Estaba en buen estado físico y mental dentro del deterioro. Respondió inmediatamente a las preguntas que le hicimos" señaló Estrada, quien participó en el rescate.

Durante la noche, en la reserva natural de los volcanes Popocatepetl e Iztaccihuatl, las temperaturas descienden hasta los 2 grados que el joven resistió encogido sobre sí mismo protegido únicamente por la la precaria vestimenta que portaba en el momento de su desaparición.

Durante los ocho días que estuvo extraviado no se presentó denuncia alguna por desaparición. Su familia, que lo acompaña en el hospital donde está ingresado, dijo que es habitual que salga a caminar y tarde algunos días en regresar, señaló un miembro del equipo de rescate.

jueves, 9 de febrero de 2017

Lo nuevo de Petzl El COEUR PULSE



El COEUR PULSE es un anclaje desmontable de acero inoxidable de 12 mm que se pueden instalar y retirar de manera muy sencilla y rápida, sin necesidad de herramientas. La función de bloqueo limita el riesgo de la expulsión involuntaria.



Simple, rápida instalación y remoción, sin necesidad de herramientas



La función de seguro de rosca manual limita el riesgo de la expulsión involuntaria.



Orificio de fijación grande facilita el montaje del mosquetón y permite la instalación de dos mosquetones que se instalarán de forma simultánea.

El anclaje, se caracteriza por su grosor, y los bordes redondeados de los agujeros de fijación 


miércoles, 8 de febrero de 2017

Haloclinas, el maravilloso fenomeno natural

El efecto de bucear en el “aire”

Las haloclinas se producen al mezclarse capas de agua dulce con agua salada y se pueden observar a grandes profundidades y en algunos cenotes o cuevas.

Las haloclinas se producen al mezclarse capas de agua dulce con agua salada

Bucear en cenotes es algo que gran parte de los usuarios de este deporte hemos deseado hacer en algún momento de nuestra vida. El misterio y la magia, además de la sensación de riesgo y adrenalina, son algunos de los atractivos de este tipo de buceo, pero a parte de estos hay otros atractivos menos conocidos de los cenotes, como es el caso de las haloclinas.
Todos hemos oido hablar de las termoclinas, un cambio brusco de temperatura con la profundidad, pues las haloclinas es un fenómeno similar pero relacionado con la salinidad, es decir, son un cambio brusco de salinidad con la profundidad.

En los océanos es un fenómeno habitual, se da entre los 500 y los 1000 metros de profundidad dependiendo de la latitud. La capa más superficial del océano, debido a la evaporación, tiene altas concentraciones de sal, la cual va disminuyendo en profundidad hasta cierto punto a partir de donde vuelve a aumentar la salinidad. Este punto de cambio es lo que conocemos como haloclina.


Pero este fenómeno no es exclusivo de los océanos, también se dan en las cuevas sumergidas donde se mezcla agua de mar con agua dulce de río, como es el caso de los cenotes de México.

En los cenotes el agua dulce, que es menos densa que el agua marina, se sitúa por encima de esta. Normalmente este cambio de tipo de agua se produce de manera gradual y no se percibe visualmente, pero en condiciones de baja presión combinada con temperaturas frías este cambio de aguas se da de manera brusca dando lugar a una haloclina, la cual provoca que el índice de refracción de la luz cambie permitiendo ver la frontera donde se juntan ambas capas de agua.

Las haloclinas forman parte de un sinfín de curiosos fenómenos físico-químicos que podemos encontrar en los océanos, solo que en este caso tenemos la suerte de poder verlos en persona y en un entorno inédito, ya que la mayoría de dichos fenómenos no se ven a simple vista y además se dan a profundidades donde no podemos llegar buceando.
Sin ninguna duda, los cenotes son una experiencia inigualable y recomendable para todo aquel que quiera disfrutar de un buceo mágico y diferente al habitual en el mar, aunque os recordamos que este tipo de buceo es delicado y peligroso, por lo que es mejor estar bien seguros y preparados antes de embarcarse en esta aventura.

Fuente: http://www.nauticalnewstoday.com/haloclinas/